Las entrevistas txistorreras

Sea con preguntas de nuestros lectores o sea respondiéndonos a nosotros, no tienen desperdicio. Y hay quien se atreve a responder...

Entrevistas

Incorrección política

El análisis y comentario político, de cuestiones navarras y del resto del mundo, nos lo da sin tapujos el politólogo y escritor Juan José Domínguez

Juan José Domínguez

Hablemos de dineros...

Con lo que nos cuentan El Filibustero y Jesús Jiménez, "Er Jimi", entendemos de fábula las cosas de la Economía navarra y del mundo

Economía
ARTÍCULOS RECIENTES

miércoles, 24 de octubre de 2012

Socializar la mierda










 Eloy Rabo, nuestro analista de cabecera, nos recuerda que gracias a nuestros políticos, los navarros somos propietarios de esos "grandes negocios" -sobre todo para algunos-, que se fueron montando en esta nuestra Comunidad en los años de "bonanza económica".  Sí, amigas y amigos txistorreros todos tenemos una pequeña participación en todos esos pozos sin fondo. Y reclamaciones al maestro armero...




ELOY RABO
Sociópata

Socializados todos (dos puntos):

De Miranda de Ebro para abajo estás descubriendo la pólvora, últimamente. Y no me refiero a que, por fin, estén oliendo las cargas de los antidisturbios, que antaño parecían reservadas para los territorios otrora marcados en rojo con aquel plan ZEN (Zona Especial Norte, ¿recuerdan?); ni que flipen cuando les dicen que no pueden fotografiar a los policías en las manifestaciones, cosa que por aquí sabemos de buena tinta desde los tiempos de Ansuátegui I Gobernador Civil. No, no me refiero a eso, aunque tenga mucho que ver con el concepto del que voy a hablar: la socialización.

Ahora los sesudos expertos dialogan (en plan besugo) de la socialización de la crisis, que consiste en que los que están hasta la polla de recortes salgan a repartir hostias por la calle. O de la socialización de la polémica fiscal entre Catalunya y el Estado, que es, simple y llanamente, el motivo de que la gente se echase a manifestarse el 11-S (toma ejercicio de maniqueísmo). O de la socialización de las pérdidas de los bancos, hermoso eufemismo para decirnos que, como hemos vivido por encima de nuestras posibilidades, nos vamos a comer el marrón que hayan giñado otros, los banqueros y las grandes fortunas. Socializar, verbo divino. Un verbo que por aquí ya conocíamos perfectamente. Solo que el complemento directo ha sido, en esta tierra nuestra, “la mierda”.

Socializaron la mierda, por ejemplo, con el circuito de Los Arcos. Una constructora propuso hacer un circuito de 6 millones de euros, que con ese precio como mucho serviría para karts; comenzó las obras y se entrampó. Pero se entrampó bastante. Así que llegó el Gobierno de Navarra y se metió por medio, haciendo crecer el precio de 6 a 22 millones de euros, y de 22 a 40. Eso sí: la participación privada en el negocio se mantuvo, así que, si había beneficios, la constructora cobraría los suyos. A eso se le llama… socializar la mierda.

Socializaron la mierda con Guenduláin. ¿Os acordáis? Aquella historia de película, con conde por medio, amigo de un político… Aquellas tierras que no daban nada, “pues ya me podían rentar”, “pues que te las compren los constructores”, “pues que ya las han comprado y ahora qué”, “pues que decimos que necesitamos reservas de suelo y os las compramos”, “que oye, que nos las compréis pronto, que andamos pillados de pasta”… Y así, el Gobierno Foral compró unos terrenos que pagan impuestos como urbanizables pero que tardarán décadas en ser urbanizables. Los constructores tienen su pasta, el conde tiene su pasta, y el Gobierno (o sea, usted, y yo, y todos) paga ya los impuestos de esos terrenos en los que no puede hacer nada. A eso se le llama… socializar la mierda.

Y ejemplos de esos… unos cuantos. ¿Hablamos de la CAN, futura primera entidad financiera de la Catalunya independiente? Eso vamos a dejarlo, que algunos llevan la penitencia en el pecado. ¿O hablamos de aquella colección de coches clásicos que cierto inversor privado compró y luego vendió por bastante más dinero al Gobierno de Navarra? Ya se comentó en este mismo blog, aunque ahora hay noticias frescas sobre el asunto. Sí, amigos: ante la falta de liquidez para construir aquel Museo de la Automoción, los coches se exponen ya, desde el 14 de octubre… ¡en el circuito de Los Arcos! A eso se le llama, queridos y queridas… en efecto, socializar la mierda. Pero con un descaro que asusta. A ver qué se les ocurre montar ahora en el trigal de Guenduláin.
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martes, 2 de octubre de 2012

El Parlamento del futuro según la Institución Futuro











Hace unos días el think-tank Institución Futuro llegó desde el idem, como en el anuncio de detergente, "a traernos el Parlamento del futuro". Miguel Izu, un lujazo tenerlo de vuelta en La Txistorra, se ha leído este informe enterito y, como los medios de comunicación se quedaron en sólo tres ideas. nuestro colaborador en su artículo de hoy nos va a desgranar las aportaciones más "brillantes" del mismo.
Informador informado

La Institución Futuro (un think tank, o sea, una gente que para pensar necesita juntarse y que le paguen) acaba de publicar un folleto titulado "Ayudando a construir un mejor Parlamento de Navarra", que –según explica- “analiza la eficacia y eficiencia del Parlamento de Navarra con el único objetivo de contribuir a su mejora”. Los medios de comunicación han destacado que afirman que el Parlamento de Navarra es la cámara legislativa más cara de España per cápita y su propuesta de reducir el número de parlamentarios forales de 50 a 36.

Pero el trabajo ofrece mucho más. No hay más que leerlo completo para comprobar que contiene muchas otras brillantes ideas sobre cómo ha de ser el Parlamento:

1. Un Parlamento apolítico. En la página 10 dicen: “Las comisiones deberían ser grupos de trabajo para profundizar en los temas y para lograr mejores propuestas, deberían trabajar como un equipo y dejar en segundo plano la política y la reelección”; en la página 9 que sería bueno “que  los partidos no utilizaran el Parlamento para hacer declaraciones político-institucionales”. Ya lo decía Franco: “Usted haga como yo, no se meta en política”. Si el Parlamento no se ocupa de la política, a lo mejor lo puede hacer la Institución Futuro, que parece que el tema le gusta aunque nadie les haya elegido para ello.

2. Un Parlamento donde no haya oposición. En la página 22 proponen: «Sería bueno que se suprimiera el término "oposición" para denominar a los partidos que no están en el Gobierno. La función de los parlamentarios no es oponerse o desgastar al Gobierno o ganar las próximas elecciones sino representar a los ciudadanos, legislar para el bien común y controlar al ejecutivo». Buena idea; vuelta a aquellos hermosos tiempos en que en las Cortes –o en el Consejo Foral- no había oposición, ni partidos políticos. Fue entre 1939 y 1977.

3. Un Parlamento que si bien “cada vez realiza una mayor actividad” (página 13) tenga menos número de parlamentarios (página 33). Aunque los parlamentarios más activos son los de grupos pequeños y sobre todo los miembros de Izquierda-Ezkerra (página 7) y los grupos pequeños son los que tienen mayores dificultades para cubrir  todas las comisiones y temas (página 36) la reducción de parlamentarios solo restaría representatividad a los grupos minoritarios como Izquierda-Ezkerra y PP (página 9).

4. Aunque fueran menos los parlamentarios deberían estar mejor preparados (página 46) y no profesionalizados sino retribuidos solo por dietas (página 31) pero acorde a mercado (páginas 8 y 33) y teniendo en cuenta que, en general, en los parlamentos europeos el salario es superior al de los navarros (página 32). Así que si queremos parlamentarios muy preparados, teniendo en cuenta que de los 50 parlamentarios actuales más de 40 son titulados universitarios (abogados, médicos, profesores, ingenieros, economistas, etc.), parece que tenemos que pedir de doctores en derecho parlamentario, catedráticos de ciencia política o premios Nobel en economía para arriba, así que a precio de mercado nos van a salir por un pico. Otra opción es que los parlamentarios acudan a “los programas organizados por el Círculo de Empresarios de formación a parlamentarios” (pagina 47), que supongo no impartirán gratis. El Parlamento del futuro tras la reducción de costes que propone la Institución Futuro puede ser mucho más caro.

5. Un Parlamento con menos funcionarios y personal eventual que asesore a los grupos (página 30). Aunque se señala como problemas que los parlamentarios no son expertos en las materias de las comisiones a las que pertenecen y que “no hay una partida para expertos por lo que los partidos que necesiten de los servicios de alguno deberían pagarlo de la asignación a sus partidos” (página 38), la solución es que haya menos personal y que se reduzca la asignación a los grupos (página 29). Como el Parlamento no va a hacer política ni oposición al Gobierno y los parlamentarios van a estar megapreparados esto no será ningún problema.

6. Un Parlamento más transparente. “Cualquier ciudadano puede ver y oír lo que ocurrió y se discutió durante el periodo de sesiones” (página 48) pero “sería necesario  incrementar la transparencia del Parlamento” (página 23). Los ciudadanos, principalmente a través de la web del Parlamento de Navarra, pueden presenciar las sesiones plenarias en persona o retransmitidas por Internet, la sesiones de las comisiones en directo en su ordenador, buscar todas las sesiones anteriores en su videoteca, saber qué iniciativas se presentan cada día en el registro, informarse sobre todas las resoluciones adoptadas, leer el Diario de Sesiones desde 1979 hasta el presente, conocer todas las normas, iniciativas y enmiendas presentadas a través del Boletín Oficial de Parlamento de Navarra desde 1979, conocer la composición del Parlamento y de todos sus órganos, leer las memorias anuales de actividad, consultar las últimas 50 intervenciones de cada parlamentario, consultar los resultados electorales desde 1979, analizar los presupuestos del ejercicio vigente y las cuentas del anterior… Lo único que falta en materia de transparencia es que las paredes del edificio sean de cristal.

7. Un Parlamento que mida su labor y que “debería dotarse de un  cuadro de mando que integre no sólo la cantidad sino también la idoneidad y calidad de sus actuaciones y la opinión de los ciudadanos a los que representa” (página 5) y que antes de aprobar cualquier norma debería “valorar su factibilidad, coste y beneficio” (página 22). Eso debería hacerlo con menos parlamentarios, menos funcionarios y menos presupuesto. Quizás reclutando a Tamariz (a precios de mercado).

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lunes, 1 de octubre de 2012

Pocos les creen, pero lo que dicen va a Misa.


 







El Filibustero ha regresado a la Txistorra desde allende los mares con una nuevo artículo. Hoy analiza "parecidos razonables" con dos personajes que le han llamado mucho la atención, aunque no se muestre muy de acuerdo con ellos. Dice de estas personas que "pocos les creen pero lo que dicen va a misa". Veremos qué dicen nuestros lectores en  sus comentarios.


Por EL FILIBUSTERO
Ataca de nuevo


A estas alturas de la era digital lo de sacar parecidos razonables parece que es un tema que está bastante trillado, sin embargo no queremos caer en la tentación de, por estar demodé, dejar pasar la oportunidad de mostraros el asombroso parecido que hay entre Monseñor Munilla, obispo de Donosti y Luis de Guindos, Ministro de Economía de España. ¿Os imagináis si a uno le quitamos la corbata, al otro la sotana, y los ponemos a ambos en albornoz? No les iba a diferenciar ni la verdulera más chafardera del mercadillo de Torrelavega…

Claro está que los parecidos físicos a veces se quedan solo en eso, en el aspecto externo, pero como bien dicen las personas optimistas, también hay que fijarse en el interior y si no lo tienen, que no decimos que sea el caso, en los pequeños detalles.

Fijaros atentamente, si bien uno lleva alzacuellos y otro corbata de reunión, ambos tienen la garganta apretada y la postura que escogen ante la rueda de prensa es bastante similar, mano izquierda resguardando la paquetería por si viene el tío Pepe con la rebaja.

Por si no os habíais dado cuenta, nuestra ilustre pareja gasta el mismo flequillo, por lo que entendemos que el sector del peine y la tijera no tienen depositadas grandes esperanzas de recuperación en ellos. Por nuestra parte, desconocemos si la alopecia es cosa de genes o de usar el casco de la moto al revés.

Otro elemento en común fundamental es su labor de apostolado, aunque uno busca almas perdidas y el otro fondos europeos, ambos nos aseguran que hay un futuro después de la muerte.

Y así podríamos seguir dándole y dándole a la tecla, hasta que os convencieseis como nosotros de que ambos son en realidad la misma persona, y si no, hermanos, y si tampoco, primos carnales, y si tampoco cuela, al menos no negaréis que tienen un parecido razonable!!!

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viernes, 28 de septiembre de 2012

Distracciones golpistas




Dice el profesor Moriarty que Pérez Reverte, en su columna semanal, suele comentar que hay días en los que políticos españoles, independientemente de cual sea su color, prácticamente dan los artículos hechos a analistas de la actualidad como él. También considera que algunas veces, demasiadas, lo hacen con trampa para distraernos de lo que verdaderamente nos importa. Y por ello nos deja esta columna.





Por EL PROFESOR MORIARTY 
Juntaletras indignado


Llevo un mes viendo anodadado como hay situaciones en la política española en las que se apela a lo militar cuando se quiere justificar alguna cosa, bien sea al 23-F, el artículo 8 de la Constitución o el Consejo de guerra.

Yo pensaba que con tanto hablar del "espíritu de la Transición", algo deberíamos haber aprendido. Como por ejemplo, a tener miedo al "ruido de sables". Que acojonan...y mucho. Ya lo cantaban en la zarzuela de la Calesera"militares tampoco me gustan/ que a veces me asustan/ con el espadín". Pues eso.

La otra mañana, sin ir más lejos, la secretaria general del PP y presidenta de Castilla La Mancha comparaba la convocatoria de protesta del 25-S para rodear el Congreso de los Diputados con un intento de golpe de Estado del 23-F. El centro-derecha español entiende que cuando la izquierda pierde el poder siempre intenta volver al mismo a través de la presión en la calle, obviando el resultado de las urnas. 

Se lo oí comentar un domingo a la  noche a Álvarez Cascos, expresidente de Asturias, en una entrevista en "Salvados". También cualquier tertuliano de Intereconomía o de 13TV. Pero los que más lo repiten son intelectuales de la talla de Pío Moa o de Jiménez Losantos que falsean la historia de la Segunda República: También los que todavía hoy llaman “golpe de Estado” al resultado de las urnas de marzo de 2004 que llevó a ZP y al PSOE a la Moncloa y que aún andan buscando a los autores del 11-M “en montañas cercanas y no en desiertos lejanos”.

Cospedal y el 23-F, Alamán y Cataluña y Ussía y el País Vasco.

Pero volviendo a la afirmación de la secretaria general del PP,  obvia esta señora que en el golpe de Estado del 23-F los que entraron en el Congreso fue una tropa de guardias civiles armados mandados por un militar algo chusco Tejero. Entraron dentro armados y pegando tiros que no es lo mismo que quedarse en la plaza de Neptuno manifestándose.

Por si Cospedal no ha visto las imágenes - las mismas que dan todos los 23 de febrero en TV desde hace más de treinta años- le recomendaría el tour que hacen en el Congreso en diciembre para que le enseñen los agujericos de bala que hay aún en el techo del hemiciclo. 

Contrasta la rapidez en criticar y comparar la acción del 25-S con el golpe de Estado del 23-F con otro tipo de manifestaciones que parecen muchos más graves y que esta señora y sus compañeros de partido no se han dado tanta prisa en entrar a valorar. Como p.e. las manifestaciones del ex teniente coronel Alamán, toda una estrella mediática para la ultraderecha.

A finales de agosto, Alamán en una entrevista publicada en una web ligada a la ultraderecha amenazaba con una intervención militar si se proclamaba la independencia de Cataluña. En los días posteriores, sectores conservadores aplaudían y disculpaban las declaraciones de Alamán como “una reclamación de la regeneración moral de la clase política española”, un argumento propio de la derecha española que ya disculpó tanto el golpe de Primo de Rivera de 1923 como el de Franco en 1936.

No es la primera vez en los últimos años en que asistimos a manifestaciones de este tipo. Con motivo de la aprobación en el Parlamento del Estatut de Catalunya en el año 2006, el Gobierno socialista sancionó a un teniente general por expresar la preocupación de militares subordinados suyos, ante la situación que se podría producir en Cataluña con motivo de la aprobación del nuevo Estatuto.

También y p'a rematar la faena esta última semana he leído que una asociación de militares pedía un Consejo de guerra si el presidente catalán, Artur Mas, convocaba un referendum por la independencia. En mi supina ignorancia, yo pensaba que los consejos de guerra y los tribunales militares en temas civiles se habían acabado con la Constitución del '78. Pero visto que vamos p'atrás como el cangrejo... 

También el militarismo le mola mucho al columnista Alfonso Ussía. De casta le viene al galgo pues el susodicho es sobrino del teniente general Milans del Boch, el militar de más alta graduación implicado en la trama golpista del 23F. Lo de que le mola mucho lo militar porque escribía un artículo en La Razón en el que criticaba duramente el Estado de las Autonomías. En él, terminaba pidiendo que los soldados que actualmente son enviados a las misiones de la ONU en Afganistán y al Líbano harían falta en Gipuzkoa “para cumplir con España". Ussía citaba Gipuzkoa en plan despectivo, ya que esos días se hablaba de la excarcelación por razones humanitarias, dado el grave estado de salud del preso de ETA Uribetxeberria, con el que el escritor se mostraba en claro desacuerdo.

En fin. Me reiría de todos estos golpistas de salón que salen de vez en cuando, pero no debemos obviar que en la historia contemporánea española varios episodios castrenses han ido orientados contra la legalidad democrática y han producido una involución política de la que al país le ha costado mucho salir. Y no es como para tomárselo a broma. 

Pero bueno, ya se sabe que mientras se hable de la independencia de Cataluña, del País Vasco y del islote Perejil o de la excarcerlación de un preso por razones humanitarias, no se hablará de los recortes en Educación y Sanidad, del paro y el recortes de las prestaciones por desempleo, de la subida del IVA y las gasolinas y también del recibo del gas y la luz. Vamos, de lo que verdaderamente nos importa a los ciudadanos de a pie. Y que se dejen de chorradas. Y punto...

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jueves, 27 de septiembre de 2012

Olorcico a Txistorra


Nuestra colaboradora Uxue Etxebeste echaba de menos a La Txistorra para evadirse de ese día a día cada vez más surrealista en el que estamos inmersos. También nosotros le echábamos de menos a ella. Y abusando de nuestra confianza, le pedimos nos escribiera un post para nuestro regreso. Y lo escribió inmediatamente y nos lo mandó. Por cosas como ésta, la echábamos de menos.





Por UXUE ETXEBESTE
Mediterraneamente


Los entresijos entre bambalinas de esta nuestra foralidad han estado sumidos durante meses en un agujero negro en el que hasta los muy confidenciales de Navarra-siempre-palante se han caído de bruces. Sacaban exclusivas de trapos sucios a diestro y siniestro, y campana y sacabó. ¿Por qué? Chi lo sa. Hace meses que se limitan a pataleos de segunda. ¿Les habrán cerrado radiopatio desde las alturas?

Desavenencia como concepto es lo que parece que impera en el Reyno o el Sadar o como quiera que se llame esto. Todos los partidos menos dos están pulverizados en mil facciones facciosas, contradictorias y contraproducentes  y los dos que no, -a saber, los de R10 y los de Edurne de Javier- es porque como fachosos que son, no dan ni opción a discrepar a su docena de afiliados.

Todos, tras la ruptura gubernamental, han visto la oportunidad de cambiar las tornas. Incluso entre los regionalistas divergen sobre la dirección que está tomando su partido. Pero, como buenos navarros que somos, hay 666 pretendientes a ser califa en lugar de la Jequesa y la única que sale ganando con la micronización es Ella.

Menos mal que la Lehendakariesa vela por nuestro bien. Tanto que incluso en Lima de Perú -donde nacen, crecen y se embotan el 150% de los espárragos y pimientos del piquillo de Navarra (a China, que también cría espárragos forales, ya mandaron a los de los autobuses y que si quieres arroz), para desazón de la Ribera- le han concedido un doctorado Honoris Causa por su buen hacer democrático y sus logros en educación y sanidad.

Vale que la universidad que se lo concedió luce en cuadragésimo séptimo lugar en el ranking de paraninfos peruanos y vale que tiene pinta de ser título de pago. ¿Pero no han visto estos señores lo que está haciendo la homenajeada con los inmigrantes, parte de ellos de su país?

Por no hablar de los ex socios de Ella, que a diario repiten cien mil veces “somos oposición, RJ, somos oposición”, para evitar deslices. De antideslizante actúa Lizarbe tratando de enmendar patinazos del jefe. Agotado tiene que estar.

Cada día todo es más surrealista. Se echaba de menos el olorcico a Txistorra por la mañana y la mancheta que todo lo ve. A ver si aclaramos algo.
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lunes, 24 de septiembre de 2012

La vida sigue igual



Como los años sabáticos en La Txistorra Digital duran más que un Gobierno de coalición de UPN y PSN, Eloy Rabo –nuestro analista de cabecera- vuelve para ilustrarnos y resumirnos es unas líneas cómo han sido estos quince meses. Un “decíamos ayer” de la no tan cambiante realidad de Navarra. ¿O acaso la realidad de hoy no es similar a la de hace quince meses cuando nos tomamos un merecido descanso?.




ELOY RABO
Con el rabo mata moscas 


Estimados nostálgicos txistorreros (dos puntos):

Ya sabrán que circula una historieta sobre un profesor universitario que, tras pasar varios años en el maco, cuando regresó a su clase comenzó la lección con un “Decíamos ayer”. De ser cierta esta anécdota, que me importa una gaita que se le atribuya a Fray Luis de León o a Fray Perico de los Palotes, no estaríamos ante un cachondo de marca mayor, sino ante un gran sabio que tenía claro que la realidad es tozuda y no cambia tan fácilmente.

Nosotros no hemos estado en ningún maco – y menos mal, porque viendo la hostia a la que derribaron la cárcel de Pamplona, lo mismo se nos podían haber olvidado dentro y acabar con nuestros testículos aplastados por las bulldozers -, pero sí hemos estado dispersos, ausentes y callados un buen tiempo. Y, sin embargo, podríamos recurrir a ese “Decíamos ayer” para demostrar que la cosa está más o menos como la dejamos. O sea: jodida de cojones.

Porque, en este tiempo, se nos han ido algunos (Fraga y Carrillo al otro barrio, Esperanza Aguirre a trabajar, dice), y han llegado pocos. Pero, por lo demás, y como canta Julito – otra de esas fortunas que se limpian el culo con los recortes y las amenazas de subir los impuestos a los ricos, porque tributan en USA -, “la vida sigue igual”. Seguimos en plan cainita, sin respetar ni a los fiambres (lo de Carrillo y Fraga han sido dos grandes ejemplos), y sin unirnos para, al menos, saber de dónde nos vienen los golpes. Continuamos preparando la vaselina cada viernes, tras el consejo de Ministros, para aplicárnosla en el ojete con cada medida gubernamental; creíamos que habría alguna que haría reventar el asunto, pero ya llevamos metidas, de manera consecutiva, varias pollas que jamás hubiésemos creído que nos cabrían. Nos han recortado el paro, los subsidios, las ayudas a la dependencia, la atención sanitaria y un largo etcétera; nos han subido el IVA y han hecho que la cultura sea un bien de lujo. Pero aquí, salvo cuatro pelaos de izquierda y otros tantos de la derecha, nadie levanta la voz más allá de lo tolerable. La vida sigue igual.

La realidad, sin cambios
Decíamos ayer que el Gobierno de Navarra era un polvorín, y que Barcina iba a deshacerse de Roberto Jiménez a la primera de cambio. Fue a la segunda, de acuerdo, pero fue. Decíamos ayer que el Reyno de Navarra Arena nos lo íbamos a comer con patatas, y hasta ha llegado a desaparecer el San Antonio de balonmano. Decíamos ayer que el circuito de Los Arcos era un lastre, y ahora es tal carga que hasta hay mentes preclaras que hablan de venderlo (¡no jodas!, ¿en serio?, como si algunos no lo hubiéramos dicho “cienes y cienes” de veces). La vida sigue igual... o, si nos apuran, un poquito más achuchada.

Por lo demás, la familia bien, gracias. Los Nabais siguen a hostia limpia, y ya de ellos solamente queda una placa en alguna puerta del Parlamento de Navarra. El Aralarkiri ha llevado a los de Zabaleta a ser fagocitados por los Bildus, que siguen sin hacer acto de contricción tan severo como la derecha querría; y aunque Arnaldo saque un librito y lo promocione con una frase de disculpa, Laura Mintegi hace la trececatorce cada vez que le preguntan por el asunto. Con una sonrisa, voz suave y buena planta; o sea, que dice más o menos lo mismo que los batasunis de toda la vida, pero vestida más de profesora universitaria de verdad.

Solo hay algo que haya cambiado notablemente: la cara de Roberto Jiménez. Y no hablo de sus palabras del pasado sábado, en las que pidió perdón por “abonar la mala imagen de la política” mientras se aferraba al sillón. No: me refiero... a que se ha dejado barba. Tal vez sea un intento desesperado de demostrar que él ha sido colega de Rubalcaba de toda la vida, hasta en lo estético. Pero dicen que, en Ferraz, cada vez que suena una armónica en la calle, salen a pedir que el afilador les deje preparado el cuchillo para rebanarle el cuello al de Pitillas. O eso, o es que Óscar López necesita tener el instrumental siempre en buen estado, ya que, a juzgar por las fotos recientes, debe de comerse los bocadillos de salami de dos en dos.

Lo de la política y los estómagos sin fondo es una unión endémica. En eso, también, la vida sigue igual.
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lunes, 4 de julio de 2011

Yo no he vivido por encima de mis posibilidades


Porque la crisis no es culpa de todos. Porque las soluciones a la crisis no pueden venir solamente de los de abajo. Porque eso de culpar al pueblo, en general, no queda del todo bien. Porque la crisis viene de donde viene, no de otros sitios. Porque no saldremos de ella cuando el pueblo quiera. Por todo ello, nuestro colaborador se declara "no culpable" de la acusación de que todos hemos vivido por encima de nuestras posibilidades en tiempos de bonanza. Un discurso que se extiende como la pólvora entre los responsables políticos.


Se declara no culpable

En el debate de su investidura como presidenta de Navarra, la candidata soltó una afirmación que se ha hecho un lugar común entre muchos políticos y economistas y que me irrita especialmente. Lo dijo replicando al portavoz de Izquierda-Ezkerra: "Todos somos en parte responsables de la crisis porque hemos vivido por encima de nuestras posibilidades”.

Lo bueno de repartir la responsabilidad entre todos es que al final la culpa no es de nadie. El castigo de la crisis económica nos ha caído encima como algo fatídico, es cosa del destino, qué se le va a hacer, cada uno que apechugue con lo que le toque, se lo ha merecido. Nada de buscar culpables, nada de poner castigos. Así que todo el mundo puede seguir en sus mismos puestos: los banqueros, los economistas, los políticos, los parados.

Es un argumento tramposo hasta la náusea y en lo que a mí se refiere lo niego rotundamente. Yo no he vivido por encima de mis posibilidades. Llevo muchos años viviendo incluso un poco por debajo de mis posibilidades. Llego a fin de mes sin gastarme todo mi sueldo e incluso he logrado ahorrar un poquito. Hace más de un cuarto de siglo que no he pedido prestado y no debo nada a nadie. Pago al contado y no compro cosas con dinero que no tengo. La última vez que pedí dinero fue con la única hipoteca que he tenido para comprar mi vivienda; la pagué religiosamente e incluso la cancelé de forma anticipada. No he comprado más inmuebles, no he jugado a la bolsa, no he invertido mis ahorros en fondos especulativos. He pagado mis impuestos puntualmente, además sin posibilidad alguna de defraudar ya que cobro del erario, y además he contribuido a algunas oenegés.

No me quejo sobre mis posibilidades; vivo razonablemente bien y no he sentido la necesidad, que por lo visto otros tienen, de endeudarme para hacer viajes exóticos o alojarme en hoteles de lujo asiático, para cambiar de coche cada par de años y cada vez comprar uno más potente, más rápido, más todoterreno, más caro, para renovar el vestuario cada temporada y el mobiliario cada pocos años, para comprar un apartamento en la playa o para sacarme el título de piloto de helicóptero. Soy de costumbres simples y de gustos vulgares y baratos. Pero lo que no trago es tener que compartir la supuesta culpa colectiva de haber vivido por encima de mis/nuestras posibilidades.

Y si me quieren acusar de individualista y de ignorar que también como sociedad hemos llevado un estilo de vida por encima de nuestras posibilidades colectivas, que también ha habido unos gastos públicos excesivos, también rechazo mi culpa. Nunca he votado por los que nos han gobernado (soy un perdedor crónico), pero además me he opuesto y he criticado en privado y en público sus decisiones económicas. He censurado la desregulación de los mercados, la especulación financiera, la burbuja inmobiliaria, el desarrollismo a ultranza, las inversiones desmesuradas de dudosa utilidad social (llámese AVE, aeropuerto de Ciudad Real, circuito de velocidad de Los Arcos o museo de los sanfermines), bajar los impuestos a los ricos, tolerar el fraude fiscal y permitir los paraísos fiscales, los sueldos millonarios de ciertos responsables económicos o políticos, el gasto militar y las guerras de los últimos cuarenta años. La verdad es que los que mandan, y la mayoría de la población, no me han hecho ni puñetero caso. Como soy demócrata me aguanto, pero no me siento responsable de los chandríos que han hecho otros con mi opinión y mi voto en contra.

Ojo, si hablamos de ser responsables en otro sentido, no como culpables, sino como comprometidos, si hay que echar una mano para ayudar a recomponer el desastre, estoy dispuesto. Si hay que pagar más impuestos, se pagan, pero todos, incluidos los que vienen escaqueándose desde hace siglos. Si hay que trabajar más, se trabaja. Si tenemos que vivir por debajo de nuestras posibilidades una temporada, se hace, yo ya tengo costumbre. Si hay que ser solidario, que hay que ser, voy el primero. Pero culpables, no lo somos todos. A los culpables sí que hay que pedirles sus responsabilidades personales, sean políticas o sean penales, sin que se escabullan camuflándose en la muchedumbre y en el pecado colectivo.
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